Estos insectos producen naturalmente sustancias que destruyen gérmenes como bacterias u hongos.
Doce de las 20 especies de hormigas examinadas en el estudio tenían propiedades antimicrobianas en diversos grados. FOTO AFP |
Algunas hormigas son
capaces de producir antibióticos para luchar contra las enfermedades y,
en ese sentido, representan una fuente potencial de nuevos medicamentos para tratar las infecciones humanas, según un estudio publicado este miércoles en la revista ‘Royal Society Open Science’.
La investigación hecha por académicos de la Universidad de Carolina del Norte y las conclusiones sobre la manera en que estos insectos combaten las bacterias podrían aportar pistas sobre cómo afrontar "el aumento de los agentes patógenos resistentes a los antibióticos que infectan a unos dos millones de personas cada año en Estados Unidos", dijeron los autores del estudio.
La investigación hecha por académicos de la Universidad de Carolina del Norte y las conclusiones sobre la manera en que estos insectos combaten las bacterias podrían aportar pistas sobre cómo afrontar "el aumento de los agentes patógenos resistentes a los antibióticos que infectan a unos dos millones de personas cada año en Estados Unidos", dijeron los autores del estudio.
Los científicos testaron
las propiedades antimicrobianas asociadas a 20 especies de hormigas y,
para ello, disolvieron todas las sustancias localizadas en la superficie
del cuerpo de estos insectos hasta lograr una solución que fue
introducida en un compuesto acuoso bacteriano. El crecimiento de la
bacteria en el componente acuoso fue comparado con el incremento de la
misma en una muestra de control. Si la bacteria crecía menos en la
probeta con los componentes de la hormiga, eso quería decir que un
agente antimicrobiano estaba presente y actuando.
Doce de las 20 especies de hormigas examinadas tenían propiedades antimicrobianas en diversos grados. Contrariamente a sus expectativas, los investigadores constataron que no son ni las mayores colonias ni las hormigas más grandes - las obreras -, las que producen más antimicrobianos. Al contrario, "dos de las especies que demostraron ejercer una mayor actividad antimicrobiana forman parte de las hormigas más pequeñas examinadas, la Monomorium minimum y la Solenopsis molesta".
"Una de las especies que examinamos, la hormiga ladrona (Solenopsis molesta), resultó ser la que tuvo el efecto antibiótico más potente" y hasta ahora, nadie había demostrado que utilizaba antimicrobianos, según Adrian Smith, coautor del artículo.
"Estos resultados sugieren que las hormigas podrían ser una fuente futura de nuevos antibióticos para luchar contra las enfermedades humanas", estima Clint Penick, profesor asistente de la Universidad del Estado de Arizona (Estados Unidos) y autor principal del estudio.
Los investigadores advirtieron de que todavía se debe recorrer un largo camino para determinar qué sustancias en particular tienen un efecto antibiótico y poderlas explotar. También es necesario, según los expertos, explorar las estrategias alternativas a los antimicrobianos a las que recurren las hormigas para defenderse de los agentes patógenos. Igualmente, la ciencia debe tratar de responder por qué estos insectos hacen frente a los patógenos sin que estos desarrollen ninguna resistencia mientras que, en medicina, los antibióticos tienden a perder su eficacia con el tiempo.
Los científicos advierten que, por ejemplo, solo se ha utilizado un agente bacteriano en las pruebas, por lo que no está claro cómo se comportaría el antibiótico ante el ataque de otras bacterias. "Por ejemplo, la hormiga ladrona está relacionada con la hormiga roja de fuego (Solenopsis invicta), la cual es conocida por las propiedades antimicrobianas de su veneno; sin embargo, en nuestro estudio nos hemos dado cuenta de que la ladrona es más efectiva contra las bacterias, por lo que seguro que hay especies por ahí que merecen ser estudiadas", añadió Smith.
"La resistencia a los antimicrobianos es una urgencia sanitaria mundial que pone seriamente en peligro los progresos de la medicina moderna", advirtió el año pasado la Organización Mundial de la Salud.
Recientemente, un grupo de investigadores había demostrado en la revista Chemical Science que una especie de hormiga africana (Tetraponera penzigi) producía un moho cuya acción antibiótica resultaba eficaz en laboratorio con bacterias resistentes a dos tratamientos utilizados contra infecciones humanas, esto es, la meticilina y la vancomicina.
AFP y EFE
Doce de las 20 especies de hormigas examinadas tenían propiedades antimicrobianas en diversos grados. Contrariamente a sus expectativas, los investigadores constataron que no son ni las mayores colonias ni las hormigas más grandes - las obreras -, las que producen más antimicrobianos. Al contrario, "dos de las especies que demostraron ejercer una mayor actividad antimicrobiana forman parte de las hormigas más pequeñas examinadas, la Monomorium minimum y la Solenopsis molesta".
"Una de las especies que examinamos, la hormiga ladrona (Solenopsis molesta), resultó ser la que tuvo el efecto antibiótico más potente" y hasta ahora, nadie había demostrado que utilizaba antimicrobianos, según Adrian Smith, coautor del artículo.
"Estos resultados sugieren que las hormigas podrían ser una fuente futura de nuevos antibióticos para luchar contra las enfermedades humanas", estima Clint Penick, profesor asistente de la Universidad del Estado de Arizona (Estados Unidos) y autor principal del estudio.
Los investigadores advirtieron de que todavía se debe recorrer un largo camino para determinar qué sustancias en particular tienen un efecto antibiótico y poderlas explotar. También es necesario, según los expertos, explorar las estrategias alternativas a los antimicrobianos a las que recurren las hormigas para defenderse de los agentes patógenos. Igualmente, la ciencia debe tratar de responder por qué estos insectos hacen frente a los patógenos sin que estos desarrollen ninguna resistencia mientras que, en medicina, los antibióticos tienden a perder su eficacia con el tiempo.
Los científicos advierten que, por ejemplo, solo se ha utilizado un agente bacteriano en las pruebas, por lo que no está claro cómo se comportaría el antibiótico ante el ataque de otras bacterias. "Por ejemplo, la hormiga ladrona está relacionada con la hormiga roja de fuego (Solenopsis invicta), la cual es conocida por las propiedades antimicrobianas de su veneno; sin embargo, en nuestro estudio nos hemos dado cuenta de que la ladrona es más efectiva contra las bacterias, por lo que seguro que hay especies por ahí que merecen ser estudiadas", añadió Smith.
"La resistencia a los antimicrobianos es una urgencia sanitaria mundial que pone seriamente en peligro los progresos de la medicina moderna", advirtió el año pasado la Organización Mundial de la Salud.
Recientemente, un grupo de investigadores había demostrado en la revista Chemical Science que una especie de hormiga africana (Tetraponera penzigi) producía un moho cuya acción antibiótica resultaba eficaz en laboratorio con bacterias resistentes a dos tratamientos utilizados contra infecciones humanas, esto es, la meticilina y la vancomicina.
AFP y EFE
Fuente:ww.eltiempo.com/vida/salud/posibles-antibioticos-a-partir-de-hormigas-179856
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