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martes, 24 de noviembre de 2015

6 MOTIVOS PARA DORMIR BIEN.

¡Y pensar que en el sueño damos fin al pesar 
del corazón y los mil naturales conflictos que 
construyen la herencia de la carne!
William Shakespeare

Dormir no solo es una función vital para todos los seres vivos, el sueño también es un requerimiento básico para conservar la salud, no hacerlo de manera regular, puede convertirse en una pesadilla.
El sueño tiene un papel fundamental en la regulación del equilibrio energético. Así lo demuestra la relación existente entre diversas hormonas implicadas en la regulación metabólica y el ritmo sueño-vigilia. La prevalencia de la obesidad ha aumentado de forma paralela con la falta de horas de sueño denominado privación parcial crónica del sueño.

El sobrepeso y la obesidad son la consecuencia, en última instancia, de un desequilibrio energético que depende de la ingesta y del gasto calórico. La privación parcial de sueño tiene efectos endocrinos y metabólicos que podrían explicar la relación existente entre sueño y peso corporal. Más de veinte estudios epidemiológicos, publicados todos, han demostrado que existe una relación inversa entre duración habitual de sueño y peso corporal. Dos estudios con métodos dispares confirmaron que un sueño de duración acortada se acompaña de un aumento de apetito debido a una disminución de la leptina y un aumento de la ghrelina. La privación parcial de sueño, está directamente relacionada con un aumento de la somnolencia y una disminución de la alerta comportamental.
Los accidentes también son producto de la falta de horas de sueño. Datos oficiales arrojan hasta 30% de accidentes de tráfico relacionados con problemas de sueño. Muchas de las personas afectadas relatan haberse quedado dormidas frente al volante en alguna ocasión; sin embargo, muchas de ellas son incapaces de reconocer los síntomas precoces del sueño. Los accidentes relacionados con la somnolencia presentan características propias que les confieren unas elevadas mortalidad y morbilidad. En general son accidentes que ocurren a medianoche y a media tarde, períodos que se corresponden con los 2 picos circadianos de somnolencia. La disminución del número de horas de sueño y la calidad de éste, se traducen en distracciones, descuidos, despistes, falta de atención, condiciones que están, también, relacionadas con la falta de descanso.
Tanto la cantidad y la calidad del sueño se modifican por las variadas condiciones de estrés sufridas durante la vigilia. Las alteraciones del sueño producen estrés y, a su vez, el estrés genera cambios en el ciclo sueño-vigilia. La privación de sueño en el ser humano genera estrés, lentitud de pensamiento, dificultad para lograr concentración y percepción precisa, fatiga e irritabilidad, nerviosismo, mal talante.
Un estudio reciente realizado por unos psiquiatras del Centro Médico de la Universidad de Rochester en Estados Unidos, determinó que cuando se encuentran frente a situaciones estresantes, los adultos mayores que duermen mal tienen altos niveles de un marcador que se asocia con la inflamación. Dicho marcador, conocido con el nombre de interleuquina 6 (IL-6) también está ligado a otros problemas de salud tales como la diabetes, las enfermedades del corazón y algunos problemas psiquiátricos.
La falta de sueño, según el estudio, afecta la manera en que el sistema inmunológico responde al estrés, lo que causa más inflamación y pone a estas personas en riesgo de sufrir problemas de salud mental y física.
Por prescripción médica se recomienda dormir de 12 a 14 horas a las niñas y niños de 18 meses a 3 años; a los de 3 a 5 años entre 11 y 13 horas; a los de 5 a 12 años de 10 a 11 horas; a las y los adolescentes, alrededor de 9 horas; y por último a los adultos, alrededor de 8 horas, aunque estudios recientes admiten 7 horas de sueño como un buen período de descanso. No seguir con regularidad estas recomendaciones conlleva a un problema de salud más grande de lo que hubiéramos soñado.

Mantener un horario regular, obtener una cantidad óptima de sueño, hacer ejercicio físico, evitar comidas copiosas o excederse en líquidos antes de dormir, limitar el consumo de alcohol o sustancias estimulantes por la tarde y no fumar pueden ayudar de manera significativa alcanzar nuestros sueños.

Fuentes
Texto:http://www.spps.gob.mx
Imagen:http://womenshealth.taconeras.net/files/2011/04/sueno.jpg

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